Te
quiero
te quiero
te quiero te quiero te quiero
te quiero
te adoro te amo te necesito
te odio te repudio te adoro
eres mi pan, mi aire,
agua, sol y vida,
lo indispensable mío para ser yo,
eres lo que pienso, eres lo
que imagino, eres, ay, lo que deseo, el anhelo y la sed
y el hambre de tu cuerpo,
el anhelo y la sed y el hambre de tu alma,
este dolor continuo,
esta persistente inquietud,
este morir a gotas sobre mí mismo;
eres esa recóndita alegría de poseerte, esa íntima felicidad de saber que eres mía, sin palabras, más allá de tu cuerpo, mía solamente, mía total, únicamente mía como mi muerte.
te quiero
te quiero te quiero te quiero
te quiero
te adoro te amo te necesito
te odio te repudio te adoro
eres mi pan, mi aire,
agua, sol y vida,
lo indispensable mío para ser yo,
eres lo que pienso, eres lo
que imagino, eres, ay, lo que deseo, el anhelo y la sed
y el hambre de tu cuerpo,
el anhelo y la sed y el hambre de tu alma,
este dolor continuo,
esta persistente inquietud,
este morir a gotas sobre mí mismo;
eres esa recóndita alegría de poseerte, esa íntima felicidad de saber que eres mía, sin palabras, más allá de tu cuerpo, mía solamente, mía total, únicamente mía como mi muerte.
— Jaime Sabines, Cartas a Chepita.
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