jueves, 6 de junio de 2013
sábado, 1 de junio de 2013
Sal con una chica que lee.
Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.
Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.
O mejor aún, a una que escriba.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.
Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.
O mejor aún, a una que escriba.
Vaguemos juntos.
Te necesitaba tanto esta mañana, necesitaba hablarte y caminar,sentir que estabas a mi lado,¿te dije que otra de mis palabras favoritas es vagar?, me encanta vagar y hoy quería vagar contigo.
M. Texoxe
miércoles, 29 de mayo de 2013
El simple deseo de repetir.
''La felicidad
es el simple deseo de repetir''.
Es una frase muy simple pero tiene un gran
fondo. Los perros por ejemplo pueden ser felices si todos los días les lanzaras
la pelota para que la recojan. Las personas por otra parte no, siempre buscara
algo más, no se conformaran y seguirán buscando más, es el eterno insaciable
que no le basta repetir para ser feliz, para quien por eso la felicidad sólo
puede ser temporal, para quien la repetición es peso y no levedad.
J. Alejandro.
Contigo se ira lo mejor de mi.
No
recordarás mis mañas a media noche ni mis silencios incómodos.No recordarás,
tampoco, mis malas costumbres,ni mis frustraciones precipitadas.No recordarás
nada que no sea un buen recuerdo,pues aunque ya sea tarde para estar juntos,contigo se irá lo mejor de mi;de ello no tengo ni una duda.
La despedida. El día en que decidió
llorar.
Pero nunca las conocerás.
El
amor es una forma de prejuicio. Tú amas lo que necesitas, amas lo que te hace
sentir bien, amas lo que es conveniente. ¿Cómo puedes decir que amas a una
persona cuando hay por ahí diez mil personas en el mundo que amarías más si las
conocieras? Pero nunca las conocerás.
Charles Bukowski
martes, 28 de mayo de 2013
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.
La primera vez que mire esta película no me llamo mucho la atención, fue hasta la segunda vez que comencé a apreciarla mejor. Y ahora es una de mis favoritas, tiene un guion diferente y buenos actores, si estas buscando que hacer con tu tiempo de ocio, te recomiendo verla.
Aquí les dejo unas cuantas frases e imágenes de esta:
"¿Somos una de esas
parejas aburridas por las que sentimos pena en los restaurantes? ¿Somos los
comensales muertos?"
"¡Qué
felices son aquellos que viven sin culpa! Ellos se olvidan del mundo y son
olvidados por este. El eterno resplandor de una mente sin recuerdos que
solo acepta sus oraciones y rechaza sus deseos."
"Podría
morirme ahora mismo, Clem. Soy feliz.
Nunca
antes sentí eso. Estoy justo donde quiero estar".
"Clementine: ¿Joely?
Joel: Si, mandarina.
Clementine: ¿Soy fea?...cuando era una niña pensaba que lo era… A veces creo que la gente no
entiende cuán solitario es ser un niño(a)...como si no importaras.
Bueno, tengo 8 y tengo estos juguetes, estas muñecas. Mi favorita es esta fea muñeca a la que llamo Clementine y siempre le grito "¡NO PUEDES SER FEA, SE BONITA!"...es extraño...como si al poder hacer que ella se transforme yo cambiaría mágicamente también.
Joel: Eres linda.
Clementine: Joely, nunca me dejes."
Joel: Si, mandarina.
Clementine: ¿Soy fea?...cuando era una niña pensaba que lo era… A veces creo que la gente no
entiende cuán solitario es ser un niño(a)...como si no importaras.
Bueno, tengo 8 y tengo estos juguetes, estas muñecas. Mi favorita es esta fea muñeca a la que llamo Clementine y siempre le grito "¡NO PUEDES SER FEA, SE BONITA!"...es extraño...como si al poder hacer que ella se transforme yo cambiaría mágicamente también.
Joel: Eres linda.
Clementine: Joely, nunca me dejes."
"-Aun después de eso, seguía
pensando que salvarías mi vida.
-Lo sé.
-Sería distinto, si solo pudiéramos intentarlo otra vez.
-Recuérdame. Haz todo lo posible. Tal vez podamos. "
-Lo sé.
-Sería distinto, si solo pudiéramos intentarlo otra vez.
-Recuérdame. Haz todo lo posible. Tal vez podamos. "
"Y yo me aburriré de ti y me sentiré
atrapada porque eso es lo
que me suele pasar... "
"Te
borraría de mi mente, pero a mitad del proceso, vería de uno en uno los
recuerdos que tuvimos, todos esos recuerdos que harán que mientras más te
quiera olvidar, más querré que te quedes en mi mente, por que ahí es donde
perteneces."
"Todo
se desmorona. ¡Te estoy borrando y soy feliz! (…), Tú lo hiciste primero.. no
puedo creer que lo hayas hecho.. ¡¿Puedes oírme?! por la mañana ya habrás
desaparecido, el final perfecto para esta historia de mierda."
"Muchos
hombres creen que soy un concepto o quizás que les complemento o que voy a
darles vida, solo soy una mujer jodida que busca su propia paz de espíritu, no
me asignes la tuya"
Que vibra.
Me
gusta la gente que vibra,
Que no hay que empujarla,
Que no hay que decirle que haga las cosas,
Sino que sabe lo que hay que hacer
Y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños
Hasta que esos sueños se apoderan
De su propia realidad.
Que no hay que empujarla,
Que no hay que decirle que haga las cosas,
Sino que sabe lo que hay que hacer
Y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños
Hasta que esos sueños se apoderan
De su propia realidad.
— Mario Benedetti
Y tenían razón.
Parecían
desgraciados. El mundo era desgraciado. La gente estaba en la oscuridad. La
gente estaba aterrada y desilusionada. La gente había caído en las trampas. La
gente estaba desesperada y a la defensiva. Se sentían como si estuvieran
malgastando sus vidas. Y tenían razón.
— “La vida de un vagabundo”,Charles
Bukowski
miércoles, 15 de mayo de 2013
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